¿Por qué volverse ambidiestro?
Según las estimaciones más acreditadas, alrededor del 90% de la población mundial es diestra[1]. En la mayoría de los casos, esta preferencia se desarrolla espontáneamente durante la infancia, pero también está influenciada por factores culturales y educativos.
Hasta hace pocas décadas, era común que se fomentara (cuando no se imponía) el uso de la mano derecha ya en los primeros años escolares. En algunos contextos educativos, escribir con la izquierda estaba desaconsejado o incluso corregido activamente.
Estas prácticas hoy parecen superadas, pero nos invitan a reflexionar: ¿por qué damos por sentado el uso exclusivo de una sola mano para muchas actividades cotidianas, como escribir?
Pensemos en lo extraño que sonaría preguntar:
¿Usas el oído derecho o el izquierdo para escuchar?
¿Prefieres caminar con la pierna derecha o con la izquierda?
Y sin embargo, para la escritura —que es una actividad central en la vida cotidiana— la predominancia de una sola mano se considera la norma.
Las ventajas de la ambidestreza
El desarrollo de la capacidad de utilizar ambas manos de manera coordinada puede ofrecer ventajas prácticas. Pensemos en situaciones comunes, como cortar pan en una cocina concurrida o agarrar un objeto con la mano no dominante cuando la otra está ocupada.
En estos casos, poder contar con una adecuada destreza también con la mano opuesta puede facilitar la ejecución del gesto, reducir la carga motora y mejorar la adaptabilidad del individuo al entorno.
En el ámbito neuropsicológico, este tipo de flexibilidad se define a veces como ambidestreza funcional, y puede contribuir a mejorar la coordinación motora, la concentración y la lateralización corporal.
Ejercicios para la segunda mano
Cualquiera puede empezar a potenciar su mano menos dominante mediante sencillos ejercicios diarios, como:
- Escribir palabras o frases cortas.
- Cepillarse los dientes o usar utensilios con la mano opuesta.
- Abrir puertas, verter líquidos o manipular objetos ligeros.
El objetivo no es sustituir la mano dominante, sino entrenar la mente y el cuerpo para trabajar de manera más simétrica. Esto puede mejorar el equilibrio motor y favorecer una mayor conciencia del gesto.
Si te interesa profundizar, hemos recopilado una serie de ejercicios introductorios para empezar a entrenar tu mano no dominante, ideales también para principiantes absolutos.
Volverse ambidiestro no significa "anular" la dominancia natural, sino explorar nuevas formas de interacción con el entorno. Este camino puede estimular la plasticidad cerebral, potenciar habilidades cognitivas y ofrecer herramientas útiles en la vida cotidiana.
De la teoría a un recorrido completo
Los ejercicios diarios como cepillarse los dientes o escribir algunas palabras con la mano no preferida son una forma fantástica de empezar a estimular el cerebro. Son los primeros pequeños pasos en un mundo nuevo y fascinante.
Pero si sientes que en ti ha surgido la chispa y ahora deseas un verdadero programa guiado para explorar esta habilidad, he creado exactamente lo que necesitas.
En mi nuevo libro, "Cómo volverse ambidiestro", he estructurado un recorrido completo que te acompaña paso a paso. Se comienza con una prueba detallada para descubrir tu potencial único y se continúa con decenas de ejercicios de escritura, dibujo y coordinación, pensados para ofrecerte resultados concretos y tangibles, divirtiéndote.
- Il contrario di mancino è... destro, destrimano o destrorso? - Accademia della Crusca
- Scrivere con la mano sinistra. Come re-imparare a scrivere da zero - Bella Scrittura
- Persone ambidestre: i vantaggi - Pazienti.it
- Can Training to Become Ambidextrous Improve Brain Function? - Scientific American
- Ambidexterity: Can Two-Handedness Improve Your Brain - memoryOS
Comentarios ( 2 )


Muy interesante, gracias.
Yo soy ambidiestro.