Anatómicamente hablando
¿En tu escuela también teníais un maniquí en el laboratorio de ciencias? Nosotros teníamos uno clásico: el esqueleto para ver los huesos, y otro con la piel transparente, donde se podían ver también los órganos internos.
El cerebro siempre era la parte más fascinante de observar. Una fisura central, llamada cisura interhemisférica, lo divide en dos mitades simétricas, haciéndolo parecer —no por casualidad— a una nuez. Pero bajo esa forma perfectamente bilateral, se esconde un mecanismo mucho más complejo de lo que se pensaba antiguamente.
Los dos hemisferios
El cerebro humano está dividido en dos hemisferios conectados por una estructura llamada cuerpo calloso, una densa red de fibras nerviosas que permite el paso de información de una parte a la otra.
Durante mucho tiempo se difundió la idea de que cada hemisferio tenía funciones exclusivas:
- El izquierdo sería la sede de la lógica, el lenguaje y el pensamiento analítico.
- El derecho, en cambio, gestionaría la creatividad, la intuición y la expresión artística.
En realidad, esta división es una simplificación excesiva. Las neurociencias modernas han demostrado que la mayoría de las funciones cognitivas complejas involucran a ambos hemisferios de manera complementaria.
Es cierto que existen especializaciones locales: por ejemplo, el lenguaje tiende a estar lateralizado a la izquierda en gran parte de la población. Pero cuando compones música, dibujas o haces cálculos, no estás usando "solo" una mitad del cerebro. Las redes neuronales se activan de manera distribuida, creando un diálogo constante entre las dos partes.
Una cuestión de hábitos
El camino más eficaz para volverse ambidiestro pasa por pequeños cambios cotidianos. No se trata de revolucionarlo todo, sino de introducir micro-ejercicios en tu rutina, para estimular de una manera nueva la mente y el cuerpo.
Usar la mano no dominante te obliga a ralentizar, a prestar más atención, a salir del automatismo. Y justo en ese momento, cuando te parece que te cuesta coger un tenedor o escribir una letra, tu cerebro empieza a entrenarse de verdad. Se activan nuevas conexiones, se refuerzan las sinapsis y las redes neuronales se vuelven más flexibles.
Escribir con la otra mano
Uno de los ejercicios más eficaces es también uno de los más sencillos: escribir con la otra mano.
Ya sea una lista de la compra, el diario de viaje o simplemente tu nombre, prueba a hacerlo usando ambas manos. Escribe una frase con la derecha, luego una con la izquierda. O alterna palabra por palabra.
No te preocupes por la caligrafía al principio: no es un concurso de estilo. Es un ejercicio de atención, coordinación y flexibilidad mental.
Numerosos estudios demuestran que el uso coordinado de las dos manos puede activar áreas cerebrales bilaterales, mejorando la comunicación interhemisférica. Con el tiempo, escribir de esta manera podrá ayudarte a expresarte con mayor claridad y espontaneidad.
Hábitos para ambos hemisferios
Aquí tienes algunas acciones cotidianas que puedes probar a realizar con la mano no dominante:
- Lávate los dientes con la mano contraria.
- Lava los platos sujetando la esponja con la mano no dominante.
- Usa el ratón del ordenador con la mano no dominante durante unos minutos al día (o incluso en días alternos).
- Come intentando usar los cubiertos “invertidos”.
El ejercicio con el ratón es especialmente útil para quienes sufren desequilibrios posturales, ya que ayuda a reducir la sobrecarga en un solo lado del cuerpo, a menudo causada por el uso repetido e inconsciente de la misma mano o posición.
El último ejercicio de los cubiertos también tiene un efecto secundario beneficioso: te ayuda a comer más despacio, favoreciendo la digestión y reduciendo el riesgo de excesos alimentarios.
Recuerda: la clave es la constancia. Bastan unos pocos minutos al día. Al principio podrías sentirte torpe, pero es precisamente esa pequeña incomodidad la que señala que tu cerebro está aprendiendo algo nuevo.
Escribe en los comentarios si has probado alguno de estos ejercicios o si conoces otros. ¡Cualquier sugerencia es bienvenida!
Tu programa completo
Estos pequeños hábitos son como el aperitivo: abren el apetito de tu cerebro y te hacen saborear el potencial sin explotar que se esconde en tu mano menos usada.
Si ahora te sientes listo para sentarte a la mesa para la comida completa, he preparado para ti un menú entero.
En mi libro "Cómo volverse ambidiestro", he creado un programa de entrenamiento estructurado que te guía día a día. No solo encontrarás decenas de ejercicios específicos para la escritura, el dibujo y la coordinación, sino también un test completo para medir tus progresos y entender finalmente cómo tus manos pueden colaborar para potenciar tu mente.
Comentarios ( 1 )

Muy buenos, gracias!